Pablo Responde con Sarcasmo Generando Tensión
Pablo es un niño talentoso y apasionado por el fútbol, que sueña con ser un jugador profesional.
El capítulo comienza con una escena de un partido de fútbol entre dos equipos rivales, Los Gatos y Los Tiburones. Los Gatos son el equipo del barrio donde vive Pablo Rey (Manuel José Chávez), el protagonista de la serie, y sus amigos. Pablo es un niño talentoso y apasionado por el fútbol, que sueña con ser un jugador profesional como su ídolo, el Gato Aguirre (Felipe Noguera). Los Tiburones son el equipo del barrio vecino, donde vive Violeta (Carolina Acevedo), una niña hermosa y rebelde que también juega al fútbol. Violeta es la hija de un empresario rico y poderoso, que no aprueba su afición por el deporte. El partido está muy reñido, y ambos equipos tienen oportunidades de anotar. Pablo y Violeta se enfrentan varias veces en el campo, demostrando su habilidad y su carácter. En un momento, Pablo le hace una falta a Violeta, y ella le reclama airadamente. Pablo le responde con sarcasmo, y se genera una tensión entre ellos. Sin embargo, también se nota una atracción mutua, que ninguno de los dos quiere admitir.
El partido termina en empate, y los dos equipos se retiran del campo. Pablo y sus amigos celebran el resultado, mientras que Violeta y los suyos se muestran decepcionados. Violeta se va en su lujoso carro con su padre, que le reprocha por haber jugado al fútbol. Pablo se queda en el barrio con su madre, Lucía (Marcela Carvajal), que lo espera con una torta de cumpleaños. Pablo cumple 12 años, y Lucía le dice que le tiene una sorpresa. La sorpresa resulta ser la visita del Gato Aguirre, el ex-jugador profesional que fue ídolo de Pablo y de toda una generación. El Gato es amigo de Lucía desde la infancia, y ha venido a visitarla después de mucho tiempo. Pablo no puede creer que su ídolo esté en su casa, y se emociona al verlo. El Gato le da un abrazo, y le dice que ha venido a quedarse por un tiempo. El Gato le cuenta a Pablo y a Lucía que tuvo que retirarse del fútbol por un accidente automovilístico, que le causó una lesión en la rodilla. También les dice que ha venido al barrio para entrenar al equipo de Los Gatos, y que quiere hacerlos campeones. Pablo se alegra al saber que tendrá al Gato como entrenador, y le dice que quiere aprender todo lo que pueda de él.
Lucía también se muestra contenta por la presencia del Gato, pero también se nota una cierta nostalgia en su mirada. Se revela que Lucía y el Gato fueron novios cuando eran jóvenes, pero que se separaron cuando él se fue a jugar al exterior. Lucía se casó con otro hombre, que fue secuestrado por la guerrilla hace tres años, y del que no ha vuelto a saber nada. El Gato le dice a Lucía que lamenta lo que le pasó a su esposo, y que él siempre la ha querido. El capítulo termina con una escena en la que Pablo y el Gato salen a jugar al fútbol en la calle con los demás niños del barrio. Violeta los ve desde su carro, y siente curiosidad por saber quién es el hombre que acompaña a Pablo. El Gato también ve a Violeta, y le sonríe. Violeta se sonroja, y se va con su padre.